Los relojes marcan las nueve y la luna llena brilla en un firmamento sin nubes. Un Valiant III color blanco se detiene frente a la entrada principal del teatro Colón. Los carteles anuncian una velada extraordinaria de música, con la orquesta nacional ejecutando la sinfonía número cuatro “Non ho sentito un corno” del prodigioso Giuseppe Bordón, para corno francés y orquesta. Giuseppe Bordón es considerado un maestro de los silencios. De hecho, lo más valorado de toda su prolífica producción son los largos intervalos sin notas, los cuales abundan en todas sus obras.
En la puerta del teatro, una pareja que se encuentra a punto de ingresar vuelve sobre sus pasos para observar, incrédulos, el carromato blanco que ronronea sobre la acera a escasos metros. El conductor del Valiant siente la presión de las miradas, recorre su cuerpo ese nerviocillo del artista que no quiere defraudar a su público, entonces bombea varias veces el pedal del acelerador y el motor dos veinticinco de seis cilindros ruge como un león. Satisfecho, el Valiant vuelve a regular con suavidad.
De los asientos traseros del auto blanco descienden Xiao Ming por la izquierda y Aristóbulo por la derecha. Ambos se aprestan a ubicarse frente a la puerta del acompañante a modo de escolta. Xiao observa suspicaz hacia los puntos estratégicos donde podría ubicarse un francotirador, no porque sospeche alguna amenaza sino por simples gajes del oficio. Entre tanto, Aristóbulo clava la mirada sobre un escote rojo carmín que se balancea a cuarenta metros y acercándose. Xiao viste de elegante frac y Aristóbulo lleva pantalón de cuero negro, zapatillas Champion al tono y camisa violeta al estilo Elvis con tachas plateadas en el cuello. Desde la entrada del teatro los curiosos dirigen la mirada sobre esa puerta del Valiant que aún no se ha abierto. Solamente se distingue un brazo femenino que descansa apoyado sobre el exterior de la carrocería, la muñeca plácida sobre el marco de la ventanilla y el codo cayendo por fuera lánguidamente, como el cuello de un cisne con modorra. Finalmente la puerta del auto se abre y se alcanza a escuchar el fragmento final del diálogo con el conductor: -... el Loco Di Palma corría en uno de estos; tenés que abrirle más nafta al carburador; te come la vida pero tira que da calambre; si no lo vas a pisar cambialo por una renoleta-. Del auto baja finalmente Eleodora, con vestido de gala, Xiao y Aristóbulo se ubican a su lado y avanzan juntos hacia la puerta del teatro.
Xiao Ming es sobrino de la servicial y perseverante anciana que vende los Carlos Luna de terracota en el barrio chino; la misma que siguiera a Eleodora hasta el Impenetrable chaqueño. Xiao llegó de China poco tiempo después de dejar el servicio secreto de su país. Recibió la baja debido a la pérdida total de la audición, la cual compensa a medias con una admirable habilidad para leer los labios. Con frecuencia nos suele recordar, mientras eleva sus ojos rasgados hacia el cielo, que su lectura preferida es Angelina Jolie.
Estando Xiao de servicio en Beijing, intentó desarmar un artefacto explosivo compuesto por una mezcla de clorato de potasio, azufre y polvo de hornear. Un error en la maniobra provocó la explosión de la que salió milagrosamente en una sola pieza, aunque le provocó la pérdida del cincuenta por ciento de la audición. Cuando se me ocurrió preguntarle a Xiao por qué usaban polvo de hornear en la mezcla explosiva éste contestó “es obvio, en reemplazo de la levadura”, luego de lo cual opté por no seguir preguntando.
Xiao perdió el resto de la capacidad auditiva frente a un altoparlante en un recital de The Offspring, banda que solía escuchar con fruición. Cuando quedó irremediablemente sordo tomó tal rencor a la banda que decidió con toda su firmeza china no volver a escucharla jamás.
Eleodora cree que Xiao perdió algo más que el oído. No quiso preguntarle por qué deseaba tanto ir a un concierto el cual no puede escuchar. Es que Xiao es una persona muy orgullosa y por lo general no admite su sordera.
Cuando Xiao dejó el servicio secreto cayó en una depresión que los médicos atribuyeron a la falta de adrenalina. Fue entonces cuando decidió ir en busca de aventuras. Mientras barajaba la posibilidad de viajar a Oriente Medio (al que en China llaman Occidente Medio), una carta de su tía donde contaba las vicisitudes de una extraña ciudad americana lo decidió a trasladarse allí. Y así fue que Buenos Aires lo recibió con su habitual calidez, notada por Xiao cuando bajó del avión, quien expresó en su lengua natal -¡Qué humedad de mierda! Esto es peor que Vietnam-
En casa de su tía conoció a Eleodora, a quién acompañó en distintas aventuras que le proporcionaron una nueva fuente de emoción. Se lo escuchó varias veces decir que “Pasear con Eleodora es más peligroso que perseguir a un agente del Mosad por Tel Aviv”. Al respecto, Xiao contaba que el servicio secreto chino jamás pudo infiltrar a sus agentes en Israel. A pesar de entrenarse aprendiendo cada detalle de la cultura israelí, de dominar a la perfección el hebreo y el yiddish y conocer cada palmo de la Torah y el Sidur, nunca lograron disimular sus ojos rasgados. Utilizar una personalidad suspicaz para disimular sus particulares facciones lograba demorar el descubrimiento algún tiempo, pero siempre quedaban en evidencia, perdiendo así una infinidad de agentes en dicha región.
"como el cuello de un cisne", Eleodora es femenina y atractiva! ¡Que gran giro! En mi imaginación era algo así como un camionero y Frida Calo. ¿Será casualidad que Angelina Jolie coincida en el mismo post en el cual Eleodora aparece como mujer atractiva? Totalmente inesperado y novedoso este twist. ANV
ResponderEliminarP.S: "Cuando quedó irremediablemente sordo tomó tal rencor a la banda que decidió con toda su firmeza china no volver a escucharla jamás. Es que Xiao es una persona muy orgullosa y por lo general no admite su sordera." ¡Excelente! ¡A quién no le ha pasado!... ¿Qué pasa si este personaje, o cualquiera, se deshace de su rencor y su orgullo?
Como siempre un placer. Quedé mistificado pensando a Eleodora como un cisne...en oposición al Bulldog que tenía un especial lugar en mi imaginación. Saludos.