Avanti, bersaglieri, che la vittoria é nostra!

domingo, 28 de abril de 2013

No sos vos, tampoco yo, es el otro que fui


Si el río es el caudal que avanza hacia el mar, entonces nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Si en cada circunstancia nos construimos y cambiamos, entonces no somos la persona que fuimos hace un tiempo atrás. Es un buen argumento para decirle a una señorita “Perdón, me confunde con otro que fuí”, justo antes del segundo beso y justo después de la primera decepción.

Para colmo el ánimo va y viene como una pelotita blanca aporreada por dos chinos en un partido de ping pong. Y Dios pancho, sacó platea. El optimismo te hace creer que no te para ni la hinchada de Chicago viniendo de perder el clásico, y al segundo te muestra que levantarse a la mañana puede ser tan difícil como escalar el Kilimanjaro, en ojotas y para atrás.

De un instante a otro creemos y dudamos; afirmamos, negamos y vuelta a afirmar; amamos, odiamos y hasta la indiferencia aparece para jugar un rato al desconfío; vamos, venimos y vuelta a ir ¡Basta! ¿Cuántas veces tenemos que morir y nacer?
Cada segundo somos una nueva persona, y lo único que une al niño que fui con lo que soy es la memoria ...
... bueno, y el sabor agridulce de algunos buenos recuerdos y el dolor de otros no tan buenos ...
...
... y las frustraciones ...
... y los defectos ...
... y las decepciones, y la vergüenza, las cicatrices, los dolores, las limitaciones, el remordimiento, los vicios, los sueños, la mueca torcida ... ... ...
¡Las bolas! Al final soy siempre el mismo pelotudo, y encima igual de contradictorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario