A modo ejemplo, recuerdo que en ocasión de un ágape, un funcionario del ministerio de cultura consultaba torpemente a los concurrentes sobre sus valores éticos. Para esto los incitaba a elegir entre “rico y feo” y “lindo y pobre”. Al pasar Eleodora cerca del grupo, el funcionario quiso pasar por gracioso y sorprenderla con la pregunta “¿rica y fea?”. Entonces Eleodora lo miró seriamente y le dijo “Y vos forro y puto”.
De la misma manera, en reuniones de literatos Eleodora buscaba la complicidad de algún amigo para que le pidiera opinión sobre los aforismos. Entonces decía, a viva voz, que los escritores de ese estilo eran los eyaculadores precoces de la literatura; disfuncionales que no podían satisfacer a nadie. Con el tiempo, el único de estos escritores que aún no le negaba el saludo era don José Narosky, quien nunca había escuchado hablar de ella.
Aprovechando la ausencia (esperamos momentánea) de Eleodora, damos a conocer algunas de sus frases más representativas que, quizás a su pesar, hasta podrían pasar por aforismos:
- No soy yo cuando me canso
- El buen razonador debe ser hábil púgil como segunda opción
- Ni machismo ni feminismo, la estupidez es unisex
- Su reputación lo precede, por eso cuando llega ya todos se han marchado
- No existen las ideas estúpidas, sólo existen las personas estúpidas
- Llueven ideas y yo sin papel (una de las inscripciones que dejó en la puerta de un baño)
- ¿Cuánto para que te vayas? (mientras buscaba plata en su cartera)
- Seguramente no entendés lo que te digo, pero te doy una ayudita: ahora es cuando te ofendés
- Este tipo está en el padrón de los boludos y ya votó ocho veces
- ¡Se armó la gorda! Agarrá un pancito y huyamos por la derecha
- Estoy buscando a alguien, pero mientras lo encuentro usted está bastante bien
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